Bebidas y aceites a base de plantas medicinales y relajantes pueden tener beneficios para la salud, pero también efectos inesperados. Infórmate adecuadamente para prevenir afecciones.
El poder curativo de las plantas ha acompañado al ser humano desde milenios atrás. Diversas civilizaciones lo han estudiado y se han nutrido de él para tratar enfermedades con infusiones, extractos, jarabes, baños, compresas, inhalaciones y cataplasmas. Heredado por generaciones, hoy se instaura en el botiquín casero como parte del repertorio curativo familiar. Sin embargo, aunque conocemos muchos de sus beneficios, es importante informarse en profundidad para evitar daños a la salud.
“No todo lo natural es inofensivo, los principales venenos también están en la naturaleza. Hay que respetar el poder de las plantas. Existen expertos que nos pueden orientar para sacar provecho de sus propiedades curativas sin efectos secundarios inesperados ”, explica Hugo Alberto Gallego, médico toxicólogo.
Diversas corrientes de medicina estudian los beneficios curativos de las plantas y cada vez tenemos acceso a más información. Desde la medicina tradicional oriental, pasando por la herbolaria de culturas indoamericanas hasta la farmacéutica europea moderna, numerosos sistemas de conocimiento han puesto la lupa sobre las propiedades de cada especie y la manera en que podemos cuidar de la salud con ellas. Aprovechar estos conocimientos implica investigar a fondo y usarlas con precaución.
Medicina con plantas medicinales
Las plantas medicinales se catalogan así porque generan ciertos principios activos que ejercen una acción farmacológica sobre el organismo humano. Los alcaloides actúan sobre el sistema nervioso y se utilizan para aumentar y disminuir la presión; mucílagos y gomas tienen propiedades antiinflamatorias y emolientes en la piel; cumarínicos actúan con efectos anticoagulantes y cianógenos estimulan la respiración y mejoran la digestión, entre muchos otros frecuentemente utilizados.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Usaid, las plantas medicinales constituyen la séptima parte de las especies existentes y la mayoría de fármacos comercialmente distribuidos imitan artificialmente los principios de ciertas plantas para aprovechar las composiciones químicas que produce la naturaleza. Un 80% de la población mundial recurre a ellas para la atención primaria de la salud y su uso generalizado en casa da cuenta de una transformación que estamos viviendo sobre la mirada de la salud y el cuerpo.
Para Adriana Ocampo, enfermera e investigadora de medicinas alternativas y herbolaria, el incremento en el consumo de plantas medicinales responde a una renovada relación con el cuerpo, basada en una concepción holística de la salud en la que la mente cobra un lugar protagónico.
“Estamos retomando elementos de medicinas ancestrales que comprendían la relación entre mente y cuerpo. Diversas plantas medicinales nos conducen a estados meditativos en los que podemos aprender a escuchar el dolor como una señal por escuchar. Problemas de espalda o afecciones gástricas suelen estar relacionados con el estilo de vida y la situación emocional en la que nos encontramos, por ejemplo. Y las plantas son una alternativa para aliviar dolencias mientras vamos sanando desde la raíz”.
Hierbas como la lavanda, el toronjil, la melisa o la manzanilla tienen la capacidad de guiar los pensamientos hacia el equilibrio. Sin embargo, enfatiza la experta, hay que tener un cuidado especial en el uso de estas sustancias naturales. Ante la diversidad de especies y usos, es importante analizar cada caso de manera puntual con asesoría de un profesional y recurrir a la medicina convencional siempre que sea necesario.
¿Cómo encontrar el equilibrio?
Hay ciertos factores clave que debemos tener en cuenta a la hora de aproximarnos a la medicina de las plantas. De un lado, es importante considerar la preexistencia de ciertas condiciones de salud que puedan interactuar de forma inesperada con el principio activo, o las sustancias de otras medicinas que estemos consumiendo.
“No todas las plantas reaccionan de la misma manera en todas las personas. Lo que les sirve a algunos, puede ser nocivo para otros”, aclara Gallego. Especialmente en niños, mujeres embarazadas o personas con problemas de tensión arterial, el consumo de sustancias naturales debe limitarse.
Por otra parte, es importante conocer con precisión la cantidad que debemos ingerir, así como el método de extracción y preparación. “La dosis hace al veneno. Algunas bebidas son muy buenas en cantidades bajas o por periodos de tiempo especialmente definidos”. También, diversas plantas reaccionan diferente según el tiempo durante el cual se exponen al calor de una infusión o se dejan en aceite para extraer su esencia.
El doctor recomienda un especial cuidado con el consumo de sustancias para fines estéticos o recreativos, como bajar de peso o tener alucinaciones.“La ingesta de productos para adelgazar pueden generar toxicidad en el hígado. Algunos suplementos para gimnasios pueden dañar los riñones, causar irritabilidad y pérdida del sueño”.
Los expertos coinciden en que es posible articular ambas corrientes. La clave, enfatizan, está en la información y el acompañamiento que recibamos antes de iniciar un tratamiento. “No se trata de pelear con la medicina convencional. Al contrario, la necesitamos. Y ambas corrientes pueden complementarse con el acompañamiento de profesionales”, advierte. En general, es importante evitar la automedicación, sea cual sea la sustancia de la que estemos hablando. Para adquirir conocimiento, el médico recomienda fuentes confiables como profesionales de la salud, páginas de universidades o revistas especializadas.
Ten un cuidado especial en el consumo de estas plantas medicinales:*
Ajenjo: es estimulante para el aparato digestivo, fiebres y dolor de estómago.
Cuidado: en dosis altas puede generar alucinaciones y no se debe consumir en estado de embarazo. Puede afectar la visión y generar convulsiones en personas con epilepsia.
Anamú: se utiliza como analgésico en casos de artritis. Es cicatrizante y desinflamante.
Cuidado: puede provocar abortos en mujeres embarazadas.
Caléndula: reduce el dolor de cólicos menstruales y menopausia; es un antiséptico natural utilizado para aliviar infecciones vaginales y cicatrizante de úlceras gástricas.
Cuidado: puede ser tóxico en mujeres embarazadas o en estado de lactancia.
Ayahuasca: se utiliza para preparar el yagé, bebida tradicional indígena ingerida en rituales espirituales.
Cuidado: requiere de un complejo proceso de preparación en el que se evalúa si la persona es apta o no para consumirla. En condiciones inapropiadas, puede causar la muerte.
Jengibre: favorece el sistema inmunitario y su aroma facilita la respiración.
Cuidado: puede afectar otros sistemas del cuerpo si se toma en infusión diariamente por periodos prolongados.
*En general, evite utilizar sustancias de plantas medicinales en niños y animales.