Además de incrementar la resistencia y la fuerza muscular, estas rutinas reducen el estrés y mejoran la salud del corazón.

Según expertos de la Clínica Mayo, el ejercicio acuático es un entrenamiento de bajo impacto que disminuye la presión en los huesos, en las articulaciones y fortalece los músculos, debido a la fricción natural del agua con el cuerpo. Estos ejercicios puede practicarse de manera segura incluso si no sabe nadar.

Desplácese en el agua

Con el agua a la altura de la cintura, camine balanceando los brazos como lo haría usualmente. Mantenga la espalda recta y los pies apoyados, no en puntas. Apriete el abdomen para que no se incline hacia adelante o a los lados. El calzado acuático ayuda a que mantenga la tracción en el fondo de la piscina.

Mueve los brazos

Tome unas mancuernas acuáticas, inicie con sus brazos al costado del cuerpo, con las palmas hacia arriba eleve los antebrazos hasta el nivel del agua, con los codos cerca del cuerpo y las muñecas derechas gire las pesas de modo que sus manos queden frente al fondo y luego baje hasta que sus brazos queden rectos de nuevo. Haga 12 o 15 repeticiones.

Ejercicio para las piernas

Realice un nudo alrededor de su pie con un cilindro flotante para piscina. Ubique la espalda al costado de la piscina y los brazos estirados en el borde. Estire la pierna hacia adelante y flexione la rodilla en un ángulo de 90° y después vuelva a la posición inicial. Repita entre 12 y 15 veces y luego con la otra pierna.

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