Un callo es piel engrosada que se forma en la parte de arriba de la planta de los pies o manos u otras zonas que pueden sufrir fricción o presión.
Según el portal MedlinePlus, la callosidad es una reacción protectora. Por ejemplo, los granjeros o remeros tienen callos en las manos que impiden que desarrollen ampollas dolorosas. A las personas con juanetes con frecuencia se les presenta una callosidad en el juanete debido al roce contra el zapato.
Piel endurecida, gruesa, escamosa y seca son las manifestaciones más frecuentes de esta dolencia que, aunque no es grave, sí puede ocasionar molestias y sangrados. Para tratarlos se recomienda:
- Si un calzado que no ajusta bien los está causando, cambiarse a un par de zapatos que ajusten mejor ayudará a eliminar el problema la mayoría de las veces.
- El uso de guantes para proteger las manos durante las actividades que causen fricción, como la jardinería y el levantamiento de pesas, puede ayudar a prevenir las callosidades.
- Si se produce una infección o úlcera en una zona de un callo o callosidad, es importante acudir al médico pues puede requerirse extirpar el tejido. Probablemente, en este caso, sea necesario tomar antibióticos.