Hay medicamentos que no se pueden suspender aunque se usen terapias alternativas. Consulte antes de hacer cualquier cambio.
Asesor: Geovanny Celis Rangel
Médico general
Con frecuencia, los pacientes no solo buscan soluciones a sus dolencias o afecciones en la medicina, sino que intentan ayudarse con terapias alternativas como la homeopatía. Lo recomendado es que estas sean una terapia complementaria y no una sustitución de los tratamientos convencionales.
Al respecto, Geovanny Celis Rangel, médico general, quien además se dedica a la terapia en medicina tradicional China, explica que los profesionales éticos que trabajan con terapias alternativas no las presentan como única solución. “Lo que siempre he visto en mi experiencia profesional y personal es que a los pacientes no les quitan los tratamientos previos. Usualmente el que llega a las medicinas alternativas es porque quiere algo más, o porque siente que su tratamiento no es suficiente o no da en el blanco de sus necesidades. Entonces lo alternativo se asume como complementario”, expresa.
Es cierto que las medicinas alternativas funcionan como apoyo para muchas personas en aspectos que no suelen trabajarse desde la medicina convencional, tales como las emociones. Incluso, instituciones de renombre como la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos referencian, en algunas de sus modalidades, bondades que mejoran la vida de los pacientes.
La acupuntura, por ejemplo, es un medio efectivo para aliviar muchos dolores; la quiropráctica puede corregir molestias por posturas, ayudar en dolencias y estimular la capacidad del cuerpo de curarse a sí mismo; o el yoga contribuye a mejorar el estado de ánimo por medio de técnicas de respiración. Pero dichas terapias no reemplazan los efectos de los medicamentos para tratar enfermedades agudas o crónicas, cuya suspensión puede llegar a poner en riesgo la salud.
“Hay medicamentos que no se pueden suspender de ninguna manera, sobre todo en enfermedades crónicas. Solo se pueden desmontar con un protocolo y lo ideal es que intervenga quien lo instaló; es decir, que quien medicó a la persona tome la decisión de si disminuye la dosis o la modifica, según como le haya ido. Por ejemplo, suspender los anticoagulantes es peligrosísimo sin seguimiento o control por laboratorio”, advierte el especialista.
También menciona otros casos como los medicamentos para la hipertensión, la diabetes, el reumatismo articular y las drogas hormonales, porque el efecto de rebote de suspenderlos podría generar más problemas que beneficios.
“Cuando un paciente acude a consulta alternativa y manifiesta algún problema con los medicamentos que consume, se le debe indicar que asista al médico que los recetó. Solo hay dos razones por las que se les pide suspenderlos en la terapia alternativa: cuando tiene síntomas de alergias (en ese caso debe acudir de inmediato al médico tratante), o cuando hay dudas sobre algunos fármacos, como el caso reciente de la presencia del diclofenaco en una supuesta medicina natural”, añadió el médico.
Al acudir a un tratamiento alternativo, también es esencial que los pacientes se cuiden de poner su salud en manos de falsa publicidad o personas que no tienen la idoneidad para tratarlos. “Si no lo hace alguien con la formación verificable, el riesgo es mayor. También es un asunto ético. Cada tratante debe cumplir con las medidas estándares para proteger al paciente, según sea el método que use”, destaca Celis Rangel.
Al respecto, considera que las autoridades de salud están en mora de hacer mejores controles y establecer normas más razonables para los tratamientos alternativos. Mientras ello ocurre, dice que la mejor protección para los pacientes es validar la información sobre estos.
Medicación sin control
Aunque de manera permanente se advierten sobre los peligros de consumir medicamentos de manera indiscriminada, aún persiste la práctica de automedicarse. La ingesta de estos mismos siempre debe ser controlada por profesionales de la salud.
Esa recomendación debe tenerse en cuenta con el consumo de suplementos, porque estos solo se necesitan cuando hay alguna deficiencia en el organismo; como en el caso de las enfermedades intestinales. “Su uso se debe validar con quien tenga la formación para identificar riesgos relacionados con las vitaminas, los oligoelementos o con ese tipo de sustancias que pueden ser deficientes en algunos tipos de dietas. Por ejemplo, en los veganos, algunas cosas se les pueden sugerir como complemento, debido a que no están consumiendo animales, pero siempre tiene que haber alguien que dé las certezas técnicas y científicas de por qué se tienen que ingerir”, advierte el doctor Celis Rangel.
En lugar de consumir de manera indiscriminada este tipo de productos, lo que se recomienda es revisar la dieta, pues una alimentación balanceada proveerá los suficientes elementos para mantener sano el organismo.
“No quedan por fuera los suplementos naturales, porque su uso en exceso tampoco es beneficioso. Los compuestos en grageas, cápsulas o polvos multivitamínicos pueden generar hipervitaminosis, causar cálculos renales, biliares y problemas para la absorción de otros nutrientes, entre otros”, explica el médico. Además, concluye que, al consumir estos elementos sin prescripción, el paciente no solo está botando su dinero, sino que está corriendo riesgos.
El consumo de medicamentos y suplementos, así como la suspensión de los mismos, debe estar guiada por un profesional de la salud.
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