Superar traumas con resiliencia

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Un adecuado tratamiento, el apoyo de seres queridos y la manera en que se asumen, marcan una diferencia en el proceso de sobreponerse a un hecho traumático.

Asesor: Jorge Valencia Ríos- Psicólogo, especialista en Terapia Cognitiva
Doctor en Neurociencia Cognitiva Aplicada

Ofrecer apoyo emocional, comprensión y ánimo. Acompañar y escuchar, prestando real atención, parecen acciones simples y cotidianas, pero son determinantes cuando se quiere ayudar a un familiar o amigo que experimentó un trauma.

“Todo aquello que amenace la integridad física o psicológica, que ponga en riesgo la vida, puede generar un trauma”, explica Jorge Valencia Ríos, director de la Clínica para la Ansiedad. Aunque no se puede generalizar, pues cada caso es particular y dependerá de la gravedad de los hechos, la persona puede presentar una serie de reacciones que requieran de atención profesional y del soporte de su red de apoyo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), inclusive, da una mayor importancia a este tema por los indicadores que se vienen presentando en el mundo, entrega protocolos y directrices para clínicas y profesionales con el fin de atender la salud mental tras los eventos traumáticos, incluyendo el estrés postraumático, el estrés agudo y el duelo.

Cualquier persona puede sufrir un trastorno por estrés postraumático a cualquier edad. Esto incluye a los veteranos de guerra y a los sobrevivientes de agresiones físicas y sexuales, de accidentes de tránsito, catástrofes, atentados u otros acontecimientos graves. No todas las personas con este trastorno han pasado por una situación peligrosa, algunos sucesos como la muerte inesperada de un ser querido, también pueden causarlo, según se informa desde el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos.

“Lo que les ocurre a muchos que han sufrido traumas es que se pierde la sensación de seguridad. De hecho, uno de los asuntos a trabajar es empezar a desarrollar, de nuevo, un sentido de confianza hacia la gente para no estar pensando que cualquiera podrá hacerles daño”, afirma el psicólogo.

Como estas fuertes experiencias tienden a generar traumas y cuadros de ansiedad y depresión, asegura Valencia Ríos, es fundamental un proceso psicológico o psiquiátrico; también, que el paciente confíe, sea constante con dicho proceso y que se sume a un grupo de apoyo, debido a que este le permite conocer historias de otros que han vivido algo similar y lo han superado, motivándose a partir del ejemplo.

Activar los propios recursos

Hay un concepto en psicología vital en estos procesos, manifiesta Jorge Valencia Ríos. Se trata de las estrategias de afrontamiento, que son los recursos cognitivos y emocionales que se tienen para hacer frente a los desafíos de la vida. En situaciones difíciles hay quienes se quedan en la victimización, haciéndose preguntas como por qué les pasó a ellos; y otros que, a pesar de la tristeza, toman una actitud proactiva, con una mayor capacidad de gestión, que les dará más recursos para empezar a generar un nuevo equilibrio adaptativo, más centrado en las soluciones.

“Hay un principio que dice que los seres humanos no captamos la realidad tal cual es, sino de acuerdo con los esquemas que tenemos en nuestra cabeza”, precisa el especialista. Por eso, añade, quien tiene la estructura de no soy capaz, inclusive desde antes de que ocurra el hecho traumático, tendrá mayores dificultades para enfrentar las complejidades. Pero quien ha logrado forjar un pensamiento “de puedo lograrlo” o “si lo intento lograré resultados, independientemente de los eventos traumáticos”, tendrá menos probabilidades de quedarse ahí.

Hay factores de resiliencia (capacidad de adaptación frente a un estado o situación adversa) que pueden ayudar a los sujetos en estos procesos, como hablar de lo que los afecta; conocerse a sí mismos para identificar vulnerabilidades y estresores (lo que crea estrés), e identificar qué estrategias les ayudan a regular la ansiedad en momentos difíciles.

De nuevo, la red de apoyo aparece entre estos factores. Y, aunque esos amigos o familiares estén disponibles para escuchar y colaborar, de ser necesario, con la toma de decisiones, también deben respetar los tiempos de quien enfrenta el trauma. “Porque pasamos por unas fases, una de ellas la negación. A veces la situación es muy difícil de asimilar y apenas la persona está comprendiendo qué pasa. También se trata de pensar a quién escuchará. Apoyar es también saber cuándo alguien puede ayudar más que nosotros mismos” •

Claves para cuidar de sí mismo

  • En caso de un diagnóstico irreversible, hable con su médico sobre opciones de tratamiento.
  • Haga ejercicio para ayudar a reducir el estrés.
  • Conozca cuáles de sus síntomas mejorarán gradualmente, no de inmediato.
  • Identifique y busque situaciones, lugares y personas que le traigan consuelo.

Y para ayudar a un amigo o familiar

  • Aprenda sobre el trauma o el trastorno por estrés postraumático para poder entender lo que su amigo o familiar está sintiendo.
  • Comparta distracciones positivas, como ejercicios, paseos, excursiones y otras actividades.
  • Esté atento a los síntomas que pueda presentar o a señales de alerta, y tenga a mano los datos del terapeuta para llamarlo de ser necesario.

(Fuente: Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos)

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