La sensación de hormigueo o adormecimiento que sentimos en una pierna o brazo cuando se ha ejercido una presión fuerte y prolongada sobre estos se conoce como parestesia.
Las situaciones más comunes en las que se presenta esta condición son cuando nos dormimos sobre un brazo o cuando permanecemos sentados sobre una pierna por un periodo largo de tiempo y al querer volver a mover el miembro afectado este se siente sin fuerza, entumecido, con hormigueo y en muchos cosas sin sensibilidad alguna.
Aunque la respuesta más frecuente que se suele dar como causante de este tipo de padecimiento es la falta de circulación provocada por la interrupción de una vena o arteria, la verdad es que no es así. Lo que realmente ocurre es una presión sobre un nervio que lleva a que las señales dejen de circular por él. Sin embargo, no se trata de un problema grave pues, como explica el Instituto de Desórdenes neurológicos de Estados Unidos, “la sensación se desvanece rápidamente una vez que se alivia la presión”.
Solo cuando esta parestesia o entumecimiento de partes del cuerpo es crónica; se presenta sin haberse ejercido una presión específica y se acompaña de dolor, puede tratarse de una enfermedad neurológica o un traumatismo en un nervio como los que se dan en los casos del túnel carpiano.