El lupus (LES) es una enfermedad reumática sistémica, es decir, un padecimiento inflamatorio y crónico que puede afectar cualquier órgano o sistema del cuerpo, incluidas articulaciones y músculos. Es considerada poco común e incurable.
Hay dos tipos, el lupus eritematoso discoide, que se caracteriza por manchas rojas de bordes indefinidos en la piel y el lupus eritematoso sistémico, más grave y común que el anterior y que afecta principalmente a mujeres. Sus síntomas más frecuentes son fatiga debilitante, erupción cutánea facial en forma de mariposa y dolor articular.
Esta enfermedad no tiene una prueba que sea definitiva para detectarla, por eso es importante que se mantenga atento, consulte con regularidad a su médico y en las consultas le cuente todos los síntomas que siente, sin omitir detalles, frecuencia e intensidad. Estudios han demostrado que tres de cuatro pacientes solo reportan las dolencias que más les molestan y esto hace que el diagnóstico temprano del LES sea complejo.
La pérdida de peso sin razón, fiebre prolongada y alteraciones de la temperatura son signos de alarma. La enfermedad afecta varios sistemas, entre ellos, el cardíaco y el neurológico, y órganos como el riñón y los pulmones, también disminuye el número de células sanguíneas.
El tratamiento depende del órgano que la enfermedad haya afectado y va desde manejos básicos con antiinflamatorios hasta regímenes agresivos de corticoides. La alimentación de los pacientes debe ser completa y equilibrada.
El lupus puede causar depresión, es de suma importancia que si presenta los síntomas visite a su médico y siga todas las instrucciones, además de realizar las terapias alternativas con psicólogos, dermatólogos y nutricionistas. Es una enfermedad que no tiene cura, hasta ahora, pero con la que se puede vivir. Realice las actividades físicas a su ritmo y descanse cuando lo necesite, busque apoyo de sus familiares y amigos, practique yoga y sea juicioso con el tratamiento.