La médula espinal contiene los nervios. Estos llevan mensajes entre el cerebro y cuerpo, pasando a través del cuello hasta la primera vértebra lumbar.
Una lesión en este tejido nervioso, ya sea por ataques, caídas, accidentes industriales, automovilísticos o lesiones deportivas, puede causar pérdida de sensibilidad, de fuerza muscular, y de funciones intestinales, hepáticas y sexuales de forma temporal o permanente.
Si bien la lesión en esta parte del cuerpo se puede dar por un accidente o enfermedad no prevista, en muchos casos sí es posible cuidar la columna y consigo evitar al máximo posibles complicaciones. Por eso tenga en cuenta:
- Al agacharse a recoger objetos doble sus rodillas y no la espalda.
- Si practica deportes que generan golpes repetitivos o por los cuales debe soportar cargas muy pesadas, fortalezca debidamente los músculos relacionados.
- Evite soportar por largos periodos de tiempo sobre sus hombros o espalda pesos como el de maletas o cajas.
- Practique actividad física regular con ejercicios como la natación o la bicicleta.
Según la página MedlinePlus, las personas suelen sentir dolor en la parte afectada del cuello o de la espalda cuando la columna está lesionada. El área sobre la lesión, además, puede ser sensible al tacto, sobre todo, si hay una fractura y los nervios situados en el lugar de la lesión y por debajo de esta funcionan de forma inadecuada, causando la pérdida de control muscular y de sensibilidad.
Una resonancia magnética o una tomografía computarizada son la mejor manera de identificar la lesión. El tratamiento comprende la inmovilización de la columna vertebral, medicamentos para aliviar los síntomas, a veces cirugía y, habitualmente, rehabilitación.
Es recomendable que los pacientes requieran apoyo emocional y con frecuencia asesoramiento, ya que la depresión, por lo general, se desarrolla cuando la lesión resulta en discapacidad.