Entre las diferentes fuentes de proteína que se pueden incorporar en una dieta, el pescado resalta como uno de los alimentos más completos.
No solo las proteínas que proporciona son de gran calidad, sino que además aporta vitaminas A, B y D, minerales como el fósforo, magnesio y selenio, así como yodo en el caso de los pescados de mar. Asimismo, en su mayoría se trata de un alimento con menos grasas saturadas, carbohidratos y colesterol que las carnes rojas.
Algunos pescados como el atún, el salmón, la caballa y las sardinas son ricos en grasa omega 3 que tiene diversos beneficios para la salud. Una investigación reciente que cita la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura —FAO, por sus siglas en inglés— señala que “las grasas de algunos pescados proporcionan mejor que ningún otro alimento el tipo de grasa vital para el desarrollo normal del cerebro en los niños por nacer y en los recién nacidos. Sin una cantidad adecuada de esos ácidos grasos, no se da un desarrollo normal del cerebro”.
“En promedio, la contribución de pescado a la dieta diaria es más bien baja en términos de calorías, con alrededor de 33 calorías per cápita”: FAO.