Es importante para el crecimiento y reparación de tejidos en todo el cuerpo, pero además de ser necesaria cuenta con varios beneficios.
Un estudio de la Universidad de Oregon expone que, la vitamina C o ácido ascórbico es un nutriente primordial en la alimentación, ya que ayuda al organismo en la absorción del hierro y el calcio. Además, se trata de un antioxidante que previene el daño en el ADN de las células expuestas a los radicales libres y a la radiación solar. Algunos de sus beneficios más representativos:
Estimula las defensas. Fortalece el sistema inmunitario aumentando la resistencia a las infecciones. La vitamina C aumenta el volumen en sangre de las citoquinas, compuestos antivirales que contribuyen a prevenir fallos del sistema inmunitario.
Fabrica colágeno. Posee propiedades antioxidantes con lo que previene el envejecimiento prematuro de las células. Además es imprescindible para la formación de colágeno que ayuda a mantener piel, huesos y dientes sanos y también favorece la cicatrización.
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