La gripe es una infección causada por el virus de la influenza que afecta nariz, garganta y bronquios y, en algunos casos, los pulmones.
Una de las formas para prevenirla, que recomienda la Organización Mundial de la Salud, es la vacunación.
No obstante, hay una serie de mitos alrededor de la vacuna que confunden a muchos pacientes, por ejemplo, que afecta a las mujeres embarazadas, que el virus se propaga con mayor intensidad o que si pasa la temporada ya no sirve. Lo cierto es que ninguno de estos mitos tiene fundamento, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
¿Cómo funciona?
“Las vacunas contra la influenza hacen que los anticuerpos se desarrollen en el cuerpo aproximadamente dos semanas después de la vacunación. Estos anticuerpos brindan protección contra la infección con los virus incluidos en la vacuna”, explican los CDC en su portal.
Están aprobadas para su aplicación en mujeres embarazadas y en pacientes con enfermedades crónicas. No pueden recibirla menores de 6 meses ni personas alérgicas a los componentes de la vacuna. Sin embargo, consulte a su médico antes de aplicarla.
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