Se preguntará qué tanto tiene que ver una alimentación saludable con su salud mental, aquí la respuesta.
¿También ha buscado consuelo en un helado de chocolate o ha perdido el apetito cuando algo le preocupa de más? Pareciera que se trata de dos sistemas totalmente independientes -digestivo y nervioso- pero lo cierto es que en el organismo todo está interconectado y la relación entre la alimentación y la salud mental es mucho más estrecha de lo que se piensa y funciona de manera bilateral. Es decir que lo que se consume influye directamente en el bienestar emocional y de igual manera, ciertos conflictos o desórdenes psicológicos pueden manifestarse como trastornos de la conducta alimentaria, por ejemplo. Así lo explica el sitio web EFE Salud.
Por lo tanto, una nutrición balanceada favorece un mejor descanso y por ende a no someter al cuerpo y a cada uno de sus órganos a un estrés innecesario. Además, se ha comprobado que una buena experiencia gastronómica igualmente incide en el estado de ánimo, no es lo mismo cocinar y comer de afán o en un lugar menos agradable.
Ahora, ¿qué es lo que pasa en el cerebro? Como lo explica el portal de la Clínica Alemana de Chile, este órgano demanda mucha energía, por eso “un buen estado nutricional es fundamental para la salud mental y el mantenimiento de las conexiones cerebrales a fin de que las neuronas se mantengan sanas, protegidas y en equilibrio”, indica el psicólogo Jaime Silva para el sitio web.
¿Existe una dieta anti depresión?
Como tal no hay una fórmula, pero sí es cierto que una dieta equilibrada se relaciona con menores índices de depresión e incide en el tratamiento de esta enfermedad. “Comúnmente, pacientes con depresión presentan déficit de triptófano, un aminoácido que no produce el organismo”, señala el psicólogo Jaime Silva para la web de la Clínica Alemana de Chile, y si bien es importante consultar con un especialista, también es conveniente mantener un buen estado de salud y garantizar alimentación rica en esta sustancia, que se encuentra en alimentos como el chocolate, carnes magras, huevo y almendras.
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