La mayoría de las secuelas de esta enfermedad son irreversibles. Es más frecuente en personas mayores de 60 años.
Asesor Gregorio Sánchez V. – Médico internista, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada.
Es común que las personas mayores de 60 años empiecen a sufrir de enfermedades cerebrovasculares, dentro de ellas la isquemia cerebral que es la disminución de la circulación de la sangre en el cerebro, lo que conlleva a que haya menos oxigenación de las células de este órgano.
Esta enfermedad se produce porque el organismo empieza a pasar cuenta de cobro por el poco cuidado que han tenido algunas personas frente a varias enfermedades cardiovasculares que sufren los adultos, ellas son: la hipertensión arterial (presión alta en la sangre), la diabetes (azúcar alta en la sangre) y la dislipidemia (colesterol alto en la sangre), entre otras.
Además de esto, la arterioesclerosis (endurecimiento y posterior taponamiento de las arterias), el consumo de cigarrillo y alcohol, y la fragilidad de los vasos sanguíneos por el paso de los años, también influyen para que se presente la isquemia cerebral, la que se puede dar como trombosis cerebral (alguno de los vasos de las arterias cerebrales se taponan por un trombo o una placa de grasa de los vasos), o derrame u hemorragia cerebral (se da cuando uno de estos vasos se revienta y la sangre sale de este hacia el tejido cerebral).
La isquemia cerebral puede producir falta de fuerza, rigidez, parálisis de un brazo, una pierna, de la cara o de medio cuerpo, pérdida de la movilidad, afasia (no se puede hablar), imposibilidad para ingerir alimentos y a veces insensibilidad en algunos sitios del cuerpo. Estos síntomas pueden ser transitorios o permanentes si el daño es grave, si en 24 horas se recupera el paciente, es porque sufrió una isquemia cerebral transitoria, popularmente conocida como un aviso de trombosis o pre-trombosis, en ella no se producen secuelas, pero si la persona no se controla, no se cuida, pueden generarse complicaciones más adelante.
Cuando se presenta una trombosis cerebral o un derrame cerebral hemorrágico, el cual genera un daño definitivo o permanente, se necesitan meses o años de terapia para tratar de recuperarse pues las secuelas en la mayoría de los casos son irreversibles, estas dependen del área cerebral que se afecte, por ejemplo, si impacta la zona que tiene que ver con el lenguaje, la persona puede quedar sin hablar; si afecta el área que corresponde a la parte motora, la persona puede tener pérdida de la movilidad total o parcial.
La isquemia cerebral se puede confundir con un tumor cerebral o con algunas infecciones como la neurocisticercosis, enfermedad que la origina un parasito, que forma cicatrices en el cerebro, entonces los exámenes que ordene el médico son los que aclararán la causa de la isquemia.
El tratamiento consiste en suministrar medicamentos que controlen la presión arterial, que bajen la presencia de azúcar y colesterol en la sangre y que mantengan la sangre fluida para evitar la formación de trombos o placas que tapen los vasos y obstaculicen la circulación de la sangre. El objetivo principal es permitir restablecer el flujo de oxígeno en el tejido cerebral
hábitos para convivir con esta condición
Mantener un Índice de Masa Corporal entre 20-25 y hacer ejercicio regularmente.
Suspender el cigarrillo y disminuir el consumo de alcohol.
Disminuir las grasas, harinas, sal y azúcar.
Tomar con juicio los medicamentos para la hipertensión, la diabetes, la dislipidemia y la arterioesclerosis.
La familia juega un papel clave para acompañar a una persona que empieza a padecer los síntomas de isquemia cerebral.
Hay que seguir las recomendaciones del médico para evitar secuelas posteriores.