La recomendación es que los niños hagan máximo una hora diaria de ejercicio, pero hay que saberlos llevar para evitar sobrecargas y que escojan su disciplina favorita, no la de sus papás.
Asesor: Jorge Iván Palacio Uribe
Especialista en Medicina del Deporte, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada
Ni obligarlos a practicar una disciplina que no les atrae, pero tampoco permitirles que se queden estáticos pegados a la pantalla de la tableta o del celular. La actividad deportiva en los niños es esencial no solo para su salud física, también la parte mental se ve beneficiada.
El médico deportólogo, Jorge Iván Palacio Uribe, sugiere que la mejor manera en que los padres de familia pueden incitar a sus hijos desde edades tempranas para que practiquen algún deporte, debe ser a partir de la lúdica, planteándoselos como un juego, antes de enseñarles conceptos tácticos, técnicos o de estrategias.
En esas edades es muy común que los niños roten entre varios deportes, pues lo que desean es ir explorando hasta encontrar la actividad que más les guste. Tal cual ocurre en las clases de educación física escolares, donde los estudiantes van girando entre diferentes disciplinas mientras conocen sus reglas y dinámicas.
El especialista, que hace parte del centro de Obesidad, Dismetabolismo y Deporte, menciona que las guías mundiales de actividad física recomiendan que los niños practiquen por lo menos una hora al día, de modo que puedan sumar siete semanales, que las puedan distribuir como consideren. Esto como medida mínima, pues en el otro extremo la sugerencia es que no sobrepasen las diez horas semanales pues algunos estudios, en los que ha participado Palacio, han evidenciado que hay menores sobreentrenados y con riesgos asociados a problemas en su alimentación.
“Estos niños suelen superar las doce horas de entrenamiento semanales, con períodos en los que no tienen una buena alimentación porque no les da el tiempo, a veces solo el desayuno, o que comen cualquier cosa como el mecato, que no es conveniente cuando tienen altas cargas físicas. Estas condiciones alteran y retardan su crecimiento”, sostiene el médico.
En esos casos, lo prudente es seguir un plan de nutrición con horarios estrictos según las jornadas académicas, y establecer un balance en las rutinas de ejercicio.
No les imponga sus gustos
El principal error que cometen los padres al inducir el deporte en sus hijos es querer que estos practiquen sus disciplinas favoritas y no dejan que ellos elijan según sus aficiones. Esto provoca que los menores opten por no hacer ninguna actividad física, lo cual es aún más riesgoso.
Entre los cero y once años, la actividad física se enfoca en la carga aeróbica, pues los niños se la pasan corriendo, y en esas etapas no se deben hacer trabajos específicos con cargas externas, para lo cual es necesario antes una evaluación con el médico y un endocrinólogo pediatra que dicte los pasos a seguir para los núcleos de crecimiento.
Después de los doce años, una vez los niños tienen claro cuál es su deporte preferido y lo han aprendido a dominar, es cuando se puede hacer un direccionamiento más específico con técnica, táctica y estrategia, para encarar fases competitivas.
Del otro lado se encuentran aquellos niños a quienes el deporte no los seduce, y prefieren destinar su tiempo libre a los videojuegos o las pantallas, incrementando las cifras de obesidad infantil y alterando los factores de crecimiento.
Lo ideal, según el médico Palacio Uribe, es que los padres los estimulen con actividades agradables como salir a jugar con sus amigos, que salgan a correr, jugar en la piscina, algo divertido que les llame la atención.
Para iniciarse en el skate
- Consiga un skate. Piense si lo quiere para velocidad o para trucos.
- Buenas zapatillas. Con sandalias o botas se puede torcer el tobillo.
- Equipo de protección. Rodilleras, tobilleras y casco son claves para la seguridad.
- Buen lugar para montar. Un piso liso sin baches o grietas es lo ideal para empezar.
- Permanecer de pie. Hay que lograr mantener el equilibrio y estar cómodo.
- Trucos cuando te sientas listo. Luego de aprender lo esencial se puede pasar de nivel.
¿Cómo incentivar en los niños el deporte?
La Biblioteca Nacional de Salud de EE. UU. propone algunos consejos para motivar a los menores.
Hágales saber que estar activo les dará más energía, hará que sus cuerpos sean más fuertes y los hará sentirse bien respecto a sí mismos.
Estimúlelos por la actividad física y ayúdelos a creer que pueden lograrlo.
Sea un modelo para ellos. Comience a ser más activo si no lo ha hecho.
Salgan a caminar juntos después de la cena, antes de encender la televisión o entretenerse con juegos
de computadora.
Llévelos a centros comunitarios o parques donde haya juegos, canchas de fútbol o baloncesto y senderos para caminar. Es más fácil ser activo cuando las personas a su alrededor están activas.
Motívelos a bailar con su música favorita.
Cuidado con las lesiones
Como los niños están en etapas de crecimiento, hay que tener cuidado con ciertos riesgos al hacer alguna actividad física. El especialista menciona osteocondritis, que alude a los mal llamados dolores del crecimiento, originadas cuando el hueso crece más rápido que el tendón y el músculo. Para estos casos, el tratamiento indicado será responsabilidad del fisioterapia.
Los beneficios para la mente
El ejercicio físico tiene también implicaciones positivas en el aspecto mental de los niños, ayudándoles a liberar estrés acumulado por sus obligaciones académicas e incluso por su actividad deportiva cuando están en medio de una competencia. A nivel social ofrece ventajas con la producción de endorfinas que los ayuda a elevar sus niveles de bienestar y a sentirse mucho mejor, con impacto en su autoestima.
Cinco actividades y sus beneficios para los niños
Taekwondo: disciplina, concentración, respeto y autoconfianza.
Ciclismo: resistencia, coordinación y también equilibrio.
Patinaje: resistencia aeróbica, equilibrio; además fortalece los músculos de las piernas.
Skate: flexibilidad, control del cuerpo y autoestima, entre otros.
Videojuegos: con moderación estimulan la creatividad e imaginación, el desarrollo de la lógica y las habilidades matemáticas.
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