La valoración que se realiza antes de comenzar una actividad física es clave para garantizar el cuidado de la salud.
Asesor Winston Tobón Ochoa Deportólogo, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada.
La actividad física produce muchos beneficios, solo si se realiza de forma adecuada. Para lograrlo, se debe comenzar por una evaluación previa que permita mantener la seguridad y salud de la persona que decide ejercitarse o practicar algún deporte.
De esta manera, para determinar sus condiciones de salud antes de iniciar el ejercicio, es necesario adelantar una valoración previa que indique su capacidad física, resistencia y potencia.
Este chequeo determina los umbrales de cada quien, estipulados según la medida del consumo de oxígeno cuando se realiza ejercicio. Es decir, cuántas series y repeticiones puede llegar a hacer una persona, sin que se afecte su salud e integridad física.
“Esta herramienta reduce la probabilidad de tener un accidente cardiovascular, mientras se practica ejercicio. Además, facilita el diagnóstico de patologías que contraindiquen la rutina deportiva”, señaló el deportólogo Winston Tobón Ochoa.
Antes de probar la capacidad física de alguien, se hace una exploración del historial médico, lesiones anteriores y hábitos alimenticios. Después de tener esta información clara, se valoran las condiciones físicas, a través de un análisis general del desarrollo, particularidades del aparato locomotor y grado de fuerza y flexibilidad.
La valoración previa es muy útil para saber cómo practicar deporte de forma saludable, teniendo en cuenta las particularidades de cada persona. Con este análisis se logra consolidar un plan de ejercicios según determinadas necesidades.
Cualquier persona debe someterse a esta evaluación antes de iniciar un proceso de actividad física. Sin embargo, es más relevante que hombres mayores de 55 años y mujeres de más de 55, realicen esta prueba, pues a partir de estas edades aumentan los riesgos cardiovasculares y musculares.
“Si se comienza a hacer deporte sin conocer los límites, se pueden acarrear graves consecuencias como diversas lesiones y pérdida de la capacidad respiratoria. La valoración previa evita este tipo de inconsistencias”, indicó Tobón.
Es importante realizar este chequeo de forma rutinaria, pues el cuerpo está en constante transformación y sus condiciones varían continuamente. Este examen asegura que una persona está preparada realmente para ejercitarse sin problemas. Además, permite identificar falencias o puntos débiles, que pueden mejorarse si se utiliza el ejercicio, dando lo mejor de sí y luchando por obtener los mejores resultados de esta actividad.
Como dice el refrán, “es mejor prevenir que lamentar”. La valoración previa entrega información sobre el estado del cuerpo. Es una especie de guía de esos cuidados que se deben tener mientras se hace ejercicio. Es una hoja de ruta para saber con qué recursos se cuenta y en qué se debe trabajar más.
Esta herramienta pretende proteger la salud y que el deporte sea un agente de cambio positivo para todo aquel que lo practique.
¿Para qué hacer deporte?
Antes de elegir un programa de ejercicios, es necesario definir con qué objetivo se desea iniciar esta actividad. Es decir, si es solo por salud o si la meta realmente es bajar de peso hasta llegar al ideal.
Es importante comprender que una rutina de ejercicios puede ser repetida de la misma manera por dos personas, pero sus resultados serán muy diferentes. “Es muy bueno que las personas accedan a la asesoría de un especialista en el tema, que les ayude a fijarse metas particulares, basadas en necesidades propias”, señaló el preparador físico Sergio Delbasto.
Para adelgazar, el plan deportivo debe basarse en ejercicio cardiovascular, apoyado en una estrategia alimenticia que permita eliminar toxinas y aquello que al comer atrofia el cuerpo.
Si la clave es la salud y se trabaja por una figura atlética, la rutina de ejercicios debe ser más compleja, fusionando trabajo cardiovascular y muscular. Asimismo, la alimentación juega un papel fundamental en este caso, y debe estar apoyada en hábitos saludables como dormir bien, posturas correctas, entre otros.
100% se dispara el riesgo de infarto cardíaco en los llamados atletas de fin de semana.
- Excederse en la carga o en el tiempo al ejercitarse es una de las causas más frecuentes de lesiones deportivas. También sucede cuando se hace una rutina de forma inadecuada, por lo que es importante contar con la supervisión de un entrenador calificado.
- Algunas personas, por falta de tiempo o desconocimiento, se sumergen en la rutina sin hacer un calentamiento previo. Dedicar un tiempo para calentar los músculos, especialmente los que estarán involucrados en la sesión, minimiza el riesgo de lesión.
- Si se lastima, deje de practicar la rutina de forma inmediata. Seguir ejercitándose puede causarle más daño. Aunque la molestia o el dolor sea pequeño, lo mejor es reducir la inflamación. El reposo con terapias de frío y calor son la mejor alternativa.
- Un plan adecuado de nutrición, de acuerdo con el tipo de ejercicio, garantiza un mejor resultado. Dejar de comer antes de la sesión o no reponer fuerzas después, en vez de lograr los resultados esperados, puede generar fatiga muscular y cansancio general.