Los comportamientos impulsivos, reacciones agresivas o alteraciones exageradas cuando la situación no lo amerita caracterizan el trastorno explosivo intermitente.
Se trata de un trastorno crónico que, según el portal de la Clínica Mayo, “puede continuar durante años, aunque la gravedad de los arrebatos puede disminuir con la edad”. Los episodios suelen ser repentinos u ocasionados por una causa específica que desencadenan síntomas como palpitaciones, irritabilidad, ataques de ira, presión en el pecho y temblores.
Las causas pueden ser genéticas o consecuencia de haber crecido en un entorno hostil; también pueden tener relación con el funcionamiento cerebral, según la Clínica: “Es probable que existan diferencias en la estructura, la función y la química del cerebro”, se indica en el portal web.
Es necesario acudir a un experto, determinar el diagnóstico para iniciar el tratamiento pertinente y así controlar los impulsos agresivos.
Lea también: Para saber más sobre la mente