La hemofilia es un problema hemorrágico. Las personas con esta enfermedad pueden sangrar durante un período más prolongado tras cortarse o someterse a una cirugía.
Esto quiere decir que la sangre de las personas que la padecen no contiene una cantidad suficiente de factor de coagulación, una proteína en la sangre que controla el sangrado.
Según la Federación Mundial de la Hemofilia, este padecimiento se transmite a través de los genes de la madre y del padre, encargados de portar mensajes acerca de la manera en que las células del organismo se desarrollarán a medida que un bebé va creciendo hasta hacerse adulto, determinando por ejemplo, el color de pelo y de ojos de una persona.
Hematomas extensos, sangrados dentro de los músculos y las articulaciones durante mucho tiempo tras cortarse, sacarse una muela o someterse a una cirugía son algunos de los síntomas de esta enfermedad. Un tratamiento precoz y adecuado le ayudará a los pacientes a disminuir el dolor y el daño a las articulaciones, músculos y órganos. Además, les permitirá una vida saludable.