Compartir actividades es fundamental para la unión familiar y el aprendizaje de valores.
Asesora Judith Medina Vargas
Psicóloga clínica, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
El juego es la actividad social por excelencia; gracias a él se ven las características de cada persona, siempre y cuando no sea el juego en el dispositivo móvil, pues justamente la tecnología es la encargada de influir en la dinámica familiar, afectando notablemente las relaciones interpersonales y el conocimiento de los comportamientos del otro.
Según afirma Judith Medina Vargas, psicóloga clínica con especialización en familia, si bien es cierto que el ser humano debe aprender a convivir con los avances tecnológicos, especialmente con el uso de las redes sociales, estos suelen distanciar a los integrantes de la familia y favorecer el individualismo, porque hace que las personas estén aisladas, lo que impide la comunicación cara a cara, la conversación, el encuentro y la unión familiar.
Este hecho se presenta cada vez con mayor frecuencia y se suma a que el mundo actual hace que el ser humano viva de carrera, perdiendo espacios para la familia.
Una actividad juntos
El juego es el estimulante ideal de las relaciones humanas, ayuda a desarrollar la creatividad, la imaginación y promueve la comunicación cara a cara con el otro, pues implica la participación de dos o más integrantes para que pueda funcionar. Cuando una familia se reúne en torno a un espacio, por ejemplo para hacer un juego de mesa, se abren las posibilidades para transmitir valores como el respeto, la colaboración, la tolerancia y la paciencia; elementos que se requieren al momento de jugar y que se aplican perfectamente en la vida diaria.
Pero ellos no serían tan eficaces, si los mismos padres no se encargan de dar el ejemplo, de eso depende la manera como los niños aprendan los valores que se puedan presentar durante el juego. Ver también Parejas en armonía con sus familias.
Otra ventaja de esto, no solo es la posibilidad de reír y aprender de lo que se habla, sino también de entender los movimientos y el lenguaje corporal de los demás, encargados de comunicar gran parte de la información que todo ser humano porta. Se encarga de comunicar los sentimientos que se van presentando a medida que se juega: la alegría, la frustración, la amistad, el empeño, si se presta atención a los gestos y a los movimientos, se podrán identificar y conocer mejor los sentimientos del otro. Ver también Haga de los conflictos familiares una oportunidad.
Además de eso, un niño puede sentirse tranquilo o con miedo, dependiendo de la mirada de sus padres cuando le llaman la atención por algo indebido durante el juego, y eso es lo que aprenderán y transmitirán después con sus amigos o con el resto de la familia.
Los videojuegos en pareja podrían, en parte, funcionar para la comunicación entre padres e hijos, sin embargo, es recomendable poner atención para que no se conviertan en un formador de rivalidades y, sobre todo, que los padres realmente puedan vincularse con el mundo de los niños, logrando a través de esta tecnología, educar en valores y comunicarse con los pequeños. Ver también Soporte emocional en familia.
El diálogo es importante
La comunicación cara a cara se ha perdido paulatinamente, no solo en la sociedad, sino al interior de las familias que son la base de esta. Para el diálogo se necesitan mínimo dos, que no solo puedan escribir palabras como se usa hoy con los chats, sino que hablen y que lo que dicen, se sumen al tono de voz y a los gestos que acompañan las palabras. Que se tenga la posibilidad de escuchar con atención al otro y adquirir argumentos para afianzar mi opinión, refutar la del otro o llegar a acuerdos. Para el ser humano es importante poder intercambiar sentimientos, pensamientos y opiniones con quienes le rodean.
Con el diálogo entre padres e hijos, se vuelve más participativa la toma de decisiones, la determinación de normas y el cumplimiento de las mismas, la comprensión y la transmisión del amor fraternal. La comunicación cara a cara, directa, clara y positiva, es importante para que la familia sea unida, para que exista una buena salud emocional familiar, en la que los espacios para las malas interpretaciones sean mínimos y las suposiciones o la tecnología, no terminen por ocasionar discusiones innecesarias o, inclusive, separaciones y divorcios •
El juego en familia ayuda a incentivar la creatividad y la imaginación; promueve la comunicación y contribuye a que todos los miembros se conozcan.