Hacer ejercicio puede causar dolor en los músculos, sobre todo, cuando se realiza una rutina por primera vez o se aumenta la intensidad del mismo.
Luego de que una persona decida empezar a hacer ejercicio de manera regular, puede ocurrirle que sus músculos le duelan minutos después de la práctica o que se contraigan cerca de 12 horas más tarde. También podrían presentarse molestias en 2 o 3 días posteriores al ejercicio.
El primer caso se conoce como dolencia aguda y el último se considera como dolencia de aparición tardía. Ambas manifestaciones son normales, siempre y cuando, estas no sean resultado del exceso en la práctica.
Según la Biblioteca Nacional de los E.U., el incremento repentino de la exigencia sobre un músculo produce un daño microscópico a las fibras, lo que termina en dolor o rigidez. Algunos consejos para ayudar a menguar este padecimiento:
- Un masaje muscular.
- Descansar.
- Usar hielo para ayudar a reducir la inflamación.
- Utilizar calor para ayudar a aumentar el flujo sanguíneo a los músculos.
- Tomar analgésicos de venta libre.
También es importante tomar medidas antes, durante y después de ejercitarse:
- Entrar en calor. Trotar o montar en bicicleta lentamente, saltar la cuerda o levantar pesas livianas, son algunos ejercicios recomendados para calentar los músculos.
- Beber agua. El líquido ayuda a controlar la temperatura del cuerpo, afloja las articulaciones y transporta los nutrientes para crear energía.
- Pausas. Esperar aproximadamente 48 horas antes de ejercitar los mismos grupos musculares.
- Realizar el enfriamiento. Es importante estirar después de hacer ejercicio. Los músculos están relajados y más flexibles cuando están calientes.
Es importante progresar a medida que se hace ejercicio, sin embargo, este proceso toma su tiempo. Poco a poco se puede aumentar la cantidad del peso que se levanta o exigirse más a la hora de trotar.
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