Cuando el cansancio se prolonga por mucho tiempo

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El estrés y el trabajo en exceso producen fatiga. Sin embargo, hay que estar atentos si este factor se vuelve crónico y afecta la propia vida.

Asesora Laura Susana Mier  – Psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada.

Durante décadas se han dado diferentes definiciones sobre el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), sin embargo, en 1988, la autoridad de salud pública en Estados Unidos, la CDC (Centers for Desease Control and Prevention), planteó la necesidad de establecer  un criterio para   diagnosticarla  y  un nombre con el cual identificara. A partir del trabajo de un grupo de investigadores, se logró un consenso, definiéndola como una entidad clínica caracterizada por una fatiga grave e incapacitante de síntomas multifactoriales, que pueden ser físicos, psicológicos e inmunológicos, entre otros.

Está asociada a quienes tienen una fuerte carga laboral. No obstante, se ha encontrado una mayor prevalencia de este síndrome en las mujeres, aunque aún no se han determinado las razones exactas.

Uno de los principales requisitos para que se diagnostique un SFC es que el paciente lleve un período igual o superior a seis meses con síntomas. Estos deben analizarse cuidadosamente ya que podrían confundirse con otras enfermedades o trastornos.

Una de las consecuencias de esta enfermedad puede ser la sensación de cansancio físico y mental, al punto de interferir con actividades laborales, sociales y familiares, la disminución de la autoestima y la aparición de síntomas de depresión y ansiedad, y dificultad para concentrarse.

¿Cómo prevenirlo?

Aunque se ha trabajado poco en la prevención del Síndrome de Fatiga Crónica, se han encontrado indicios de que el manejo de factores como el estrés, la ansiedad y la depresión, desde la parte psicológica, ayudan a evitar que aparezca, ya que desde la parte médica el SFC ha sido asociado con la aparición de enfermedades como el virus del herpes humano. De igual forma, fomentar las actividades de autorrealización personal y promover las que generan satisfacción, podrían contribuir a tener una vida más plena y evitar que aparezcan síntomas.

Una guía para la recuperación sicológica

En la actualidad existen diferentes tratamientos médicos y psicológicos pues es una enfermedad reversible. Aquí, se aborda el tratamiento psicológico, a partir de la denominada formulación cognitiva conductual, que consiste en cinco pasos.

  1. Educación: en este primer paso se debe brindar información al paciente sobre la enfermedad y los tratamientos que existen.
  2. Identificación de factores: una vez que el paciente conoce la enfermedad y las diferentes alternativas, se empieza a trabajar con él en la identificación de los asuntos que más le afectan y están relacionados con la enfermedad. Aquí son importantes los pensamientos como: no voy a poder, creer que no se va a curar e ideas relacionadas con la aceptación de la enfermedad. Ellos son reestructurados hacia pensamientos positivos pero realistas.
  3. Estrategias para afrontar del estrés: en esta etapa, el paciente logra manejar la presión, identificando qué desencadena esto y por qué. El paciente puede no llegar a eliminar el estrés por completo pero sí debe cambiar la relación que se tiene con él y tratar de usarlo a su favor.
  4. Planteamiento de soluciones prácticas: el paciente empieza a programar qué actividades puede empezar a realizar poco a poco, siempre con moderación. Por ejemplo: caminar hasta la cocina.
  5. Planeación para evitar las recaídas: el paciente debe tener en cuenta su proceso para afrontar el estrés y las metas que irá estableciendo, siempre de la mano del tratamiento médico y psicológico.

No existe cura para este síndrome y el objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas. Muchas personas experimentan trastornos psicológicos que pueden mejorar con tratamiento.

Condiciones que deben cumplirse

No existe una prueba específica para realizar un diagnostico del Síndrome de Fatiga Crónica. En seguida, algunas condiciones que se deben cumplir para determinar este trastorno:

Criterios A (relacionados con lo físico)

  • Dolores de cabeza repentinos.
  • No se da por el ejercicio, ni se alivia con el descanso.
  • Produce un deterioro de las actividades de la personas.

Criterios B (relacionados con lo sicológico)

  • Pérdida grave de memoria o capacidad de concentración.
  • Dolor de garganta.
  • Nódulos linfáticos sensibles. Dolores musculares y en articulaciones, que no van acompañados de hinchazón ni enrojecimiento.
  • Dolor de cabeza repentino.
  • Sueño no reparador
  • Malestar luego de realizar ejercicio.

Criterios C- El Síndrome de Fatiga Crónica no se debe diagnosticar si se presenta lo siguiente:

  • Enfermedad médica activa como hipertiroidismo no tratado.
  • Cualquier enfermedad médica diagnosticada previamente cuya curación no ha sido suficientemente resuelta y puede explicar la SFC. Ejemplo: casos de hepatitis B o C.
  • El paciente sufre cualquier trastorno mental como: depresión mayor psicótica, trastorno bipolar, trastornos delirantes, anorexia o bulimia nerviosa, o esquizofrenia.
  • Abuso de alcohol u otras sustancias durante los dos años anteriores a la SFC.
  • Obesidad grave definida por el índice de masa corporal superior a 45.
  • Los pacientes tienen que cumplir  con los criterios  A , B  y C   por lo menos   en  un  80 %  para ser  diagnosticados  con SFC.

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