Tenga presente que hacer ejercicio puede causar calambres. Conozca cómo controlarlos y evitarlos.
Un calambre se presenta por motivo de una contracción muscular involuntaria, deficit de magnesio o potasio; actividad física vigorosa o deshidratación, entre otras causas. Aunque cualquier tipo de músculo se puede comprometer, este tipo de espasmos suelen afectar frecuentemente la zona frontal del muslo (cuádriceps), la parte posterior de muslo (isquiotibiales) o las pantorrillas (gemelos).
Conforme con el portal web Medlineplus, en general los calambres son inofensivos y desaparecen después de unos minutos. Sin embargo, es importante consultar con el especialista si estos son severos, ocurren a menudo, duran mucho tiempo o vienen acompañados de hinchazón, enrojecimiento y debilidad muscular.
Claves para controlarlos y evitarlos.
- Entrenamiento. Es importante regular la intensidad y el tiempo del ejercicio físico. De esta forma, el cuerpo podrá adaptarse al incremento de la actividad.
- Deshidratación. El color de la orina es un indicador útil para conocer el grado de hidratación de una persona. Generalmente, la orina de color oscuro da a entender que la persona se encuentra deshidratada.
- Altos niveles de electrolitos. La clave para mantenerlos en un nivel óptimo es llevar una dieta equilibrada. Se recomienda añadir sal a las comidas en las porciones correctas. Tenga en cuenta que, si tiene alta la presión sanguínea o problemas de corazón o riñón puede agravar estos problemas.
- Implementos deportivos adecuados. Es recomendable llevar ropa y tenis apropiados para realizar ejercicio, esto le ayudará a tener una mejor postura y mayor comodidad y evitará, así, calambres.
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