Lavarse las manos de manera adecuada es la primera línea de defensa frente a la propagación de muchas enfermedades.
No hablamos solo del resfriado común, sino de otros diagnósticos más graves como la meningitis, bronquiolitis, influenza, hepatitis A, y la mayoría de casos de diarrea.
La página Kidshealth da algunas recomendaciones para hacer de esta práctica un hábito consciente y bien hecho: utilizar jabón y frotarse las manos vigorosamente 20 segundos, asegurarse de lavar bien el área entre los dedos y debajo de las uñas donde los gérmenes se esconden y enjuagarse las manos y secarlas bien con una toalla limpia y seca.
Asimismo aconseja que para disminuir la propagación de los gérmenes entre los miembros de la familia, es importante establecer el lavado de manos con frecuencia como una regla para todos, especialmente después de:
- Comer y cocinar
- Ir al baño
- Limpiar la casa
- Tocar animales, incluyendo mascotas familiares
- Visitar o cuidar amigos o familiares enfermos
- Sonarse la nariz, toser o estornudar
- Estar afuera (jugando, haciendo jardinería)