La resistencia antimicrobiana ocurre cuando las bacterias, hongos o parásitos, sufren cambios que las hacen resistentes a los tratamientos utilizados para tratar las infecciones que causan.
Esa resistencia se produce casi siempre por el uso inadecuado de los medicamentos, como tomar antibióticos para tratar infecciones virales, el automedicarse o compartir el tratamiento con otras personas.
Otros factores que incrementan la resistencia, según la Organización Mundial de la Salud, son el uso de medicamentos de mala calidad, las prescripciones erróneas y las deficiencias de la prevención y el control de las infecciones.
Este fenómeno creciente es un preocupante problema de salud pública porque las infecciones por microorganismos resistentes pueden tener complicaciones y hasta causar la muerte del paciente al no tener un tratamiento eficiente.
Para luchar contra la resistencia bacteriana, la Asociación Colombiana de Infectología propone una lista de actitudes responsables a implementar:
Solo tome antibióticos si el profesional de la salud lo recetó.
Nunca se automedique, pues puede ser riesgoso para su salud.
Tome el antibiótico únicamente en las dosis, con la frecuencia y por el tiempo que fue recetado.
Evite aumentar la dosis del antibiótico. Esto no le ayuda a mejorar más rápido, pero sí puede aumentar el riesgo de efectos secundarios.
Si los síntomas de la infección continúan, consulte a su médico, mas no prolongue la toma del antibiotico.
Recuerde que los antibióticos sólo sirven para infecciones causadas por bacterias, no para infecciones causadas por virus, como el de la gripa.
Nunca comparta su antibiótico con otras personas, ni lo use en el futuro sin antes consultar al médico.
Lave sus manos con frecuencia para evitar el contagio de virus y bacterias resistentes.
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